lunes, 24 de noviembre de 2008

por seis piezas de algún yo

En la triple frontera de los tiempos
Fui a buscar al traficante de recuerdos
Con deseo de comprar
Una imagen
Dos olores
Tres palabras

La travesía no fue fácil
Hubo que esquivar
El proyectil de los empíricos
La aduana de las ideas
Dar soborno a la eternidad

Y llegar con la paciencia tan cansada
-La paranoia en los anteojos-
Que en los puestos de la historia
Para saciar el gusto a identidad
Cualquier oferta hipnotizaba

Me perdí por un buen rato
Entre los gritos del pasado
Y su gente comprando muertos,
Los que corrían llamando oráculos
Para emigrar hacia el futuro,
Los que paseaban buscando instantes
Que decoraran su actualidad.

Por fin lo hallé al anónimo
Al hombre sin edad
Sentado en la esquina del jamás
Con un disfraz sin cara.
No se me ocurrió dudar
Juzgarlo sospechoso…

‘Llegas pronto’- me dijo
‘Cuanto mas tarde, mas recuerdos’
Y estiró su mano ofreciendo un espejo.
‘No’- rechacé
‘Quiero una imagen
Dos olores
Tres palabras’

Buscó en su cofre de épocas,
Después de sentenciar ‘Así será’,
Dándome el único paquete que tenía.
A cambio le entregué todas mis horas
Con vuelto de cinco minutos

Cómo explicar lo que entendí
Abriendo el envoltorio:

Un retrato de vestido a rayas
Aroma a viejo y gasolina
Las palabras
FRIO ARENA PAN…
(y en el dorso un número de serie)

Confieso que en el fondo
Soñaba un fin de índole poético
Pero parece que no hay caso,
Por más viaje que se haga
No hay comercio que valga
Para estafar la realidad.





lunes, 10 de noviembre de 2008

destino cero

La voz
Es tumba del pensamiento.
Una vez
Que la palabra se hace historia
Calla para siempre su sentido

No hay respeto al presente
Allí todo se improvisa
Y en -después-
Se teoriza agregando esquinas
Y ventanas.

La pureza del uno
Se disgrega
Ante la mirada del otro
O la atención del espacio

¿Cómo creerte el original?
Si es la copia de vos mismo la que anda por la tierra.
La espontaneidad
Sufre su duelo en la manifestación
Que ya la arrastra viejamente.

¿Cómo no ha de gastarse el mensaje?
Si en su viaje instantáneo
Lucha con tinta, o el aire, o los átomos...


La destrucción del lenguaje
No necesita de crápulas
Solos los símbolos
Se corrompen en el uso.

¿Aún piensas que tu gesto es tu gesto?
¿Que podrás controlar al que nace en tu expresión?
Surgirá la envidia en la distancia
Entre aquello que eres
Y este que sos

¿Realmente piensas
Que el tiempo puede perdonarte
El intento de grabarle tu inicial?


Cuando crees por fin besar el mundo
Son los labios del espejo
Los que llegan…
Y dentro del reflejo que se regala a sí mismo
Algo de vos se pierde para siempre

jueves, 18 de septiembre de 2008

Redención

Las vibraciones
Del sueño
Que se sueña

El eco
Del eco
Del silencio.

Despertar
Quizás no sea
La fuga

Sino aceptar las cosas
Tal cual
Y como son

Así sea.

miércoles, 13 de agosto de 2008

no tan distintos

También puedo divertirme
Con la locura.
Si se trata de jugar.

¿desde cuándo es nuevo
Tener saldo de loco?
Se ve en todas partes,
No lo sobre-estimes

Como Y que le grita a la nada
Con gente o sin gente.

Z que no puede estarse quieto
y se come las uñas
pero en tres vueltas del dedo gordo al anular
y después recién el meñique.

A X que le dan risa los botones.

K que busca ‘la palabra’ en cada canción
Que haya inspirado el resto de la letra.

D que nunca puede terminar ideas
Y sus charlas laberínticas
Recién cobran sentido unos meses después
(o ni eso)
Cuando se le ocurre el ‘como te decía una vez…’

Q que tiene que llegar a la esquina
Antes que cualquier auto blanco
Sino su día será porquería.

Ya ves, no es necesario
Ni jugar con la muerte
Ni desear al hermano
Ni putear como canilla abierta
Ni bailar descalzo en la Terminal
Ni palabras extravagantes
O componer una melodía caótica

La locura, esa
Espera en todos lados
Y nadie se salva
De su cloroformo por la espalda.
No es nada nuevo.

Ahora que también
Aunque cueste reconocerlo en estos tiempos
Aunque suela olvidarse en las ‘revoluciones’
Siempre
se necesita,
De vez en cuando,
Un triste
Puto
Y vacío
Abrazo normal.


(y lo de triste no va en peyorativo)
-(lo de puto es un toque de color)-

(lo de vacío depende de usted)

sábado, 19 de julio de 2008

dia para los amigos

Pantano estrambótico
De todas esas marcas
Que ellos dejan.
Si nada cambia fuera
Al menos me llevo
Este charco de cicatrices.
Así no se muere limpio
Se muere sucio de haber jugado.
Es tan lindo ese cansancio.
Cuando nos enredamos
Sin preguntarnos nada.

tonto tratado de la tristeza

Ésta no es una historia de amor, no es una historia de la verdad, ni es una historia del tiempo. Éste solo es un fragmento de lo humano, es decir, la imperfección de todo. O el perfecto retazo de uno mismo:


El triste ve un jardín de rosas y sufre.
No se las imagina morir, no las ve negras, ni las condena irremediablemente por su encanto. En cierta forma le asquean, no ya como sobras de una envidia, como retazos de odio. Le asquean como lo ajeno que se presenta sin molestias, como aquello que vive sin importarle.
Y cómo asquea aquello que no nos conmueve!.
El triste ve un jardin de rosas y sufre, no por el jardín de rosas, sino por él, que ya es incapaz de percibir algún tipo de esplendores, y encuentra cobijo sólo en aquellas cosas que lo contienen, que lo identifican, en su inerte encuentro. Su pesar no se alivia con un páramo de sueños, sino con un sinfín de repeticiones.
Si algún día han estado tristes sabrán de lo que hablo: siendo tristeza la enfermedad y su remedio, la dosis que autoenferma, necesaria para la plenitud de ese sentimiento perdido y encontrado. Esa visión menesterosa que encuentra encanto en su misma aberración. Los tristes me entienden, no es tarea fácil dejar la tristeza.
Los aires de la risa vagan como flujos que destrozan soledades. Pues no hay soledad con uno mismo, si uno mismo escapa al encierro de de los ecos que repiten el vacío.
Para el triste no hay risa, al menos aquella que logre descolocar ese sinsentido, amo creador de las potencias de la nada.
Para el triste solo queda el silencio. Y quiere estar solo. Solo de veras. Ya está cansado de escuchar las penas de si mismo.
Se asquea del otro. Se asquea de sí. Y se deja estar ya sin pensar ni hacer. Como en un reposo manso que llama al movimiento y no lo acepta.
El triste ya no espera nada ni se espera. Se convierte en una pausa amorfa que no tiene fe en un comienzo, y no da fin por desgana. Soporífero congestionamiento.

Con el tiempo las cosas cambian, y este sentir puede superarse, aunque sea inevitable que el futuro lo devuelva alguna que otra vez a su sitio. Pero a no confundirse!:
No es el triste quien se aburre de la tristeza, es la tristeza quien se aburre del triste. Y así, sin aviso, se va en busca de mejor consuelo.

Él ve un jardín de rosas, y ahora sí puede arrancarlas.

jueves, 17 de julio de 2008

Mas rápido
Lentamente mas aprisa
Nadie puede protegerte del tiempo
El tiempo no puede protegerte de nadie
No hay paraguas hacia éstas piedras
Ni cajones para tus manos.
¿Qué no entiendes?
No hay reliquias
La disputa está marcada y anda sola
¿Qué no oyes?
La victoria es solo un nombre y nunca alcanza.
Frágil
No serás nunca
Eso mata
Rápido
¿No hay espuma que te hiera?
Una señal no basta
Muy rápido…
Te vuelves lento

cualquier historia de dos sin nombre

El reloj, las tres, demasiada luz para una resaca. Tanteo el otro lado de la cama, no está, de seguro partió a la cocina para leer sus tontas revistas sentada sobre la mesada.
No quiero levantarme, escuchará mis pasos y vendrá a la caza, me dirá que esta aburrida, y querrá ponerse hablar de su esposo o hacerlo otra vez. Estoy demasiado cansado para cualquiera de las dos cosas.
Hace dos años ya, la misma rutina los martes y viernes. Empiezo a despreciarla, no a ella, sino a lo que intenta ser; por algún motivo cree que puede salvarme, que todos sus consejos me son útiles. Era mejor antes de inventarnos esa explícita preocupación mutua.
Incluso era favorable cuando la escuchaba hablar de libros, eso ya era bastante aburrido, pero oír las sentencias que arma sobre mi vida es excesivamente tedioso. ¿Qué pude decirme que no sepa?. Piensa que no pienso, que al alcohol me ha consumido, pero a veces bebo más para no prestarle atención.
Sin embargo me gusta escucharla cantar al fondo del pasillo, no canta bien pero a mí me gusta; esa voz aguda pero rasposa, como de nena que gritó mucho ya. No sabe que estoy despierto y por eso se anima a alzar la voz, y a completar la letra que se le escapa con palabras incoherentes. Me hace reír.
No va a durar, lo nuestro, no va a durar. Tal vez dos, tres años más. Después ella también va a hartarse, y va a querer recomponer las cosas con el marido, o buscar otro cacharro nuevo que le preste atención.
Ahí viene, se dio cuenta de que no duermo. Sí, está aburrida, ayer su esposo llegó tarde y tuvo que cenar sola una vez mas; me empieza a lamer los pies, la esquivo, me pregunta qué me pasa, que porqué no hablo, que ya no soy el mismo, que estoy perdido, que le cuente, que le interesa, que me puede dar una mano. La beso, pero sin ganas; se viste, se va, que nos vemos el jueves.
Empiezo a esperarla.
No va a durar mucho, lo nuestro, no va a durar mucho.
Pero como me gusta escucharla cantar.

viernes, 6 de junio de 2008

por esos momentos

Gracias a eso
Que no puedo decir
Todas estas horas
No son papeles sueltos

Un instante anónimo
Que vino a superar mi viejo absoluto
Y se marchó sin olvidar en mi bolsillo
Ninguna credencial con su nombre

Fueron todas las caras
Sin nadie
La sorpresa ante el destino
De mi voto hacia el minuto que llega pero se hace

Voluntad de una rama
Que espera sin quejas
Mientras pasan las muertes
Y pasan las 4

El viento que toca
Que aprieta el hombro, las mejillas
La pierna izquierda
Y no está claro si es para quererte, o despertarte
O reprimirte

La suspensión
De una moral que enjuicia lo siendo
Y se entrega al vacío
De la plena novedad

El cielo
Que deja de ser cielo
Para ser pintura o techo
Para buscar la escalera

La gente
Que deja de ser gente
Para ser gesto, accidente
Sonrisa
Que se pueden coleccionar

Todo el egoísmo
Concentrado en mí
Robó mi atención
Y puede olvidarme

Mientras el mundo
Seguía envejeciendo
Y nunca se dio cuenta
Que empecé a mirarlo con ternura.

martes, 27 de mayo de 2008

misterio en el no tiempo

En el no tiempo está sentado un niño, que por falta de experiencias sabe más que todos. Con la intención pura y la franqueza del que intuye sin placebos, fue sentado en una silla con bolsas marrones para que se distraiga. El juego no requería mucho, ir llenando los sacos con formatos compatibles.
Al principio le resultó fácil, los feos con los feos, los cuerdos con los cuerdos, los sabios con los sabios… cuando acabó con todo se juzgó feliz y satisfecho, hasta que sintió la primera guerra. Que sorpresa fue escuchar el grito de los prudentes revolcándose, incluso los mansos parecían aporrearse dentro de su bolsa, los cultos comenzaron con formal parloteo y acabaron a rasguños y palabras malditas.
Aturdido por la falta de eficiencia, pensó haberse equivocado, que tal vez tomó por loco a un melancólico, por idiota a un imprudente, por imprudente a un honesto, por honesto al cruel, por el cruel a un loco… por otro loco a un soberbio, por un soberbio al inseguro, por inseguro a un genio, por el genio a un farsante, por farsante al crédulo, por crédulo al feliz, por feliz a un tonto.
Buscó el error en sus actos, y ya nada era tan claro. Confundido, y temiendo castigo por su fracasada tarea, rápidamente desató todos los morrales, y probó infinitas combinaciones, siempre con el mismo resultado. Cada nuevo catálogo resultaba una travesía de polémicas; como todo perro es hermoso, cualquier hombre es bueno, pensaba, y hasta el asesino tenía un fiel que le gritaba te quiero, el mayor de los correctos guardaba un enemigo, y dos solos juntos se daban de la mano
Incluso en el no tiempo podía percibirse que fue largo el rato en ese rompecabezas. Ya gastadas estaban las manos del niño de tanto atar y desatar los sacos, el juego ya no era entretenido, y el andar de sus acciones había agotado cualquier huella de razón, para seguir una movilidad mecánica, pero sin patrones.
Probando, probando diversas combinaciones a ese punto azarosas.
Entonces sucedió, con la fuerza de lo inesperado, ganó el silencio. Lo había conseguido, millares de bolsas en armonía, como pactos internos que desplegaban un conjunto de aire sin densidad. Intentó recordar la fórmula, distinguir los componentes de cada morral, descubrir la exacta medida de aquellos surtidos congruentes. No pudo.
Decidió entonces aceptar la suerte de los hombres.
A fin de cuentas, rodeándolo, solo había sacos marrones. Y desde allí, eran todos iguales.

retraso

El sabía que no era tarde para retardarse
Así que dobló sus pies
Y caminó diez cuadras en la dirección contraria
Para después volver
Con trece minutos a destiempo

No quería que ellos
Lo adoptaran inmediatamente.
Quería una mirada de reproche
Por haberles hecho enfriar el café
Era una manera de recordar sus diferencias.

Después de unos minutos todo estaría olvidado
El odio no habría hecho efecto
Y otra vez
Lo perdonarían sin decir nada
Para cobijarlo en su misericordia infantil

Sabía que no eran
De los mejores amigos
Que guardaban en la manga
Un interés de fastidiarlo.

No podía no verlos
Pero no era tarde para retardarse
Después de todo, los vicios
Son conocidos fieles
Que sin importar cuanto, esperan

Así que tomó trece minutos a destiempo
Para andar unas cuadras como alguien sano y normal.
Y ayudó a una señora a entrar a un taxi
Que lo miró sin sospechar nada.

domingo, 25 de mayo de 2008

mas allá del lado oscuro del corazón

Yo se que no esperabas mi dolor
Mis fantasías evacuadas
El desvío del silencio a la cortina
De esa ventana que siempre se cierra

La incomprensión que exhalan mis miradas
Cuando el ego que nace en vos
Va a morir en mí
Y no puedo más que pensarme un inocente
Una víctima encerrada
Por la libertad de los consuelos
Que de tan libres van, y no vuelven
No llegan al oído de mi pecho

Yo se que no esperaba tus desgracias
La profundidad con que clavas la mentira
En cada punto fijo de esperanza
Para verte otra vez adormecido
En la infamia que pagó tu única sonrisa

La soberbia con que admites la poesía
Como el último brindis del encanto
Lo cobarde que te vuelves
En los brazos de los días
Para alejarte vacío sin terminar su trago

El soliloquio
Que es nosotros
Nunca dependerá de una rabieta de injusticia
Los pobres que no esperan
Algo tienen ganado

Aunque no me llame la avaricia de tenerte
Aunque nunca colmes tu ilusión de condenado
El máximo infinito que hierve júbilo
Se volverá adúltero para encontrarnos
En noches que no le baste la alegría

Y si bien mi sangre que no es roja
Que es más bien color melancolía
Podría aparentar llenar tus venas
Que más bien son huecas cañerías
Sabemos ambos que no es cierto
El misterio que tienta al resto, ya ha saciado nuestras heces
Ni mirándonos de frente
Podremos conmovernos

Cuando el amor se aburra de la muerte
Y ya ni le conforme revolcarse con la vida
Se acordará de gente como vos y como yo

Que solos viven, que solos mueren
Que solo saben… que no lo necesitan.

Cuando el amor se asquee
Hasta de si mismo
Te juro,
Se acabará su lástima
Y nacerá su envidia.

jueves, 8 de mayo de 2008

para la hincha pelotas...

Vos tenes tantas manos
Y yo no lo puedo aceptar
Porque no sé que ser…

Yo tenía tantas madres,
Y tantos padres
Viene tanta gente, y no se que tengo

Nada, no queda nada
Ajá, ajá…
Ellos pueden tener.
Que feo es todo.


Entre balbuceos esto es lo que salió… Palabras de mi abuela y su maldito alzheimer. Bueno, que todos lo sepan, ayúdenme a colgarle un cartel de poeta, mientras ella mire, y no entienda nada.

Mi cuero para tu ajuar

Ya no piel
Carne asada.
Revoloteando sin consecuencias sobre las sobras
Mi pequeña mosca
Vuela
¿Quién necesita cuervos?
¿Quién llamaría al lobo?
Nunca el sol fue tan nadie
Como al presente
Perdido entre tus besos
Tus ojos esmeralda.
Me seco y ya, no piel
La arena se afilia a todos mis lugares
La arena hunde mis huellas
Y me entiende
Sin clemencia
Ni sombra queda para oler
Muerta en este mediodía bajo mi
Soldada entera a la traversa de este cuerpo.
Ya no mundo
Solo vos, pequeña mosca
No hay mas resto.
¿Qué era el sol, qué la arena, qué los cuervos?
Te miro
Me observás sin parpadeo
En mi último acierto
No evito pensar, pensarte
No evito los millares de ommatidios en silencio...
Vestite lindo mosca, seguí tapando soles
Sé que fuiste mi Zahir.

Río
(Es una burla la fábula, la mejor burla.)
Y fin.


ARENA, ARENA, ARENA, ARENA…
SÓLO ARENA

y una mosca con toga y sombrero.

viernes, 25 de abril de 2008

crisis de la madurez

El estaba borracho
Para escapar de la locura
O talvez se hacía el loco
Como excusa para el alcohol
Nunca lo sabré, ni importa.
A veces lo que cuenta son los resultados
Y jamás creo haberlo visto sobrio o moderado

Trataba mal a la gente
Aunque no quisiera
La verborragia de sus facciones
Siempre echaban al otro
Y le acusaban de no ver
Todas esas cosas que deben no verse

Sin embargo
Tuvo más sexo que cualquiera
Que yo haya conocido
Sus estudiantes llevaban la penetración
Como una medalla
Querían aprender, decían
Recibir los insultos de esa boca.
Absorber el aliento etílico parecía una gran lección

Él se daba cuenta
Y la mayoría de las veces callaba y los echaba después de acabar
Así que supongo
Que aquellos estudiantes solo querían coger
Por la fama
Transar con la locura tiene su prestigio

A veces pienso que era un genio
Demasiado libre, demasiado solo
Con todas las ideas, las imágenes, las voces
Que acosan a unos pocos.
Pero yendo a los hechos
Se pasaba gran parte del día
Atendiendo visitas en la cama
Sin decir, sin pensar, sin oír.

Así que quizás solo era
Un tipo desprolijo y pelado en sus sesenta
Que buscaba coger
Pagando el precio
Con alcohol y locura
Para poder comer entre el éxtasis
De los ojos de sus presas
Aquel brillo de los niños
Que lo miraban como a un dios.

martes, 15 de abril de 2008

memoria de un olvido

Lo último que recuerdo
Es habernos dicho
“Juguemos a las escondidas”.
Desde ese día,
No te vi más…

Me preocupa, a veces,
Que estés todavía
Encerrado en un armario
O en la punta de algún árbol pasando frío

Por eso, cuando ando,
Con el rabo del ojo espío
Las alcantarillas, las ventanas
Y alguna que otra luna

Me fijo cada tanto
En la sombra de la gente
En bocinas de autos
Y bajo las cacerolas

No quisiera evitarte
Y después descubrirte
Hecho huesos en la enredadera
O cenizas en un café bebido

No quisiera evitarte
Y que seas tu quien me encuentre
Y llorarte de espanto
Cuando ya sea tarde

Por eso, de vez en vez
Te sigo buscando
En las alas de una mosca
En los cuadros de peluquerías

Por las noches,
Te olvido y me relajo
También puedo recordar:
Te aburrías de los juegos
Tan fácil como yo.

jueves, 10 de abril de 2008

Sin contestar

Era de noche, una de esas que se prestan para caminar tranquilo, con vientito en la espalda pero suficientemente cálida como para andar en manga corta. Cruzaba por Corrientes y Saavedra y no pudo evitar notar los grillos. ¿Qué le pasaba a la ciudad? Hacía unas semanas esos bichos se habían adueñado de las calles, no era seguro encontrar gente dando vuelta, pero sin dudarlo habría grillos.
Por lo menos no cantan, pensó. Extraños, por demás negros, con alas en la espalda… en realidad no le molestaban, excepto porque tenía que prestar más atención al camino para no pisarlos. No voy a convertirme en asesino por un estúpido insecto.
Hacía un par de días había muerto aquel referente de la patria, casi puerco, casi honesto y entrañablemente carismático. En lo personal no le había conmovido, pero no estaba de más idear una mueca de tristeza cada vez que se mencionaba el tema, a la gente parecía gustarle esa actitud, como si trataran con alguien mas humano, atorado por el flujo de la pérdida y vulnerable al desconcierto. Si, no era noticia, la gente prefiere a las mentes vulnerables, una mueca y un paso a la comunión, no costaba mucho.
Cruzaba Lisandro de la Torre y pensaba en ella, ¿Qué hará, en este momento, en otro lugar, en esta ciudad, con otra gente?. En realidad ya no importaba demasiado, no le aturdía su recuerdo, no esperaba como antes que tuviera antojo de manzanas al mismo tiempo que él para encontrársela en la verdulería, pero por algún motivo su mente estaba decidida a invocarla en cada relámpago de aburrimiento, como para decirle, está ahí, todavía no se fue. Ah, cabeza mía, tu juego preferido siempre fue atormentarme, no te odio, con algo tenés que divertirte, pero todo tiene su precio, cuando llegue a casa voy a leer Artaud, Hegel y Nietzsche, quiero ver como vas a quedar…
Pasando salta paró en un quiosco a comprar cigarrillos, para su sorpresa en la radio pasaban un tema que formaba parte de su dosis anímica cotidiana, uno de esos que nunca pasan en la radio. Le temblaron las yemas de los dedos, y voluntariamente fingió no encontrar el billete de cinco, sabiendo bien que lo guardaba en el bolsillo izquierdo del pantalón, quería quedarse a escuchar el coro. La cara del vendedor lo intimidó, era notorio que pretendía cerrar el negocio, pagó y se fue sin preguntar que estación tenía en sintonía. La vida no es tan mala, por estos momentos, como cuando rara vez en tu cumpleaños te regalan algo que en verdad te gusta sin pedirlo, esas sorpresas que te hacen sentir menos solo, que te hacen pensar que alguien te conoce, que después de todo hay algo en vos que se revela… se sentía iluminado.
Crak, oyó. Miró hacia abajo y si, terriblemente había pisado un grillo. Todavía movía una de sus antenas. Arrodillado para contemplarlo mejor, juró verle una expresión melancólica, a pesar de la poca luz vislumbró como la existencia se desprendía de ese ser tan diminuto, tan aparentemente insignificante. Me mira sin rencor, pero dolido, le quité todo su porvenir, todos los saltos y las calles; pobre de mí, pobre de él, nunca mas va a sorprenderse con una canción en la radio, o con alguien que camine y le regale un hola, un te veo, estás. Chau grillo, perdón, tu vida podría haber sido hermosa.
En medio de su monólogo interno levantó la vista y lo reconoció, el insoportable. Se acercaba con esa sonrisa deforme, que mostraba más dientes de un lado que del otro, con esa mueca que le deformaba los ojos. Compartieron unos años en la primaria, y por eso creía tener el derecho de llamarlo de vez en cuando y de parar a conversar cada vez que se encontraban. Adolfo, se tenía que llamar Adolfo… por supuesto sin considerar que nuestro protagonista pudiera estar apurado, o simplemente feliz, abruptamente impuso diálogo: había conseguido un mejor trabajo, logró que su novia dejara de ver a aquel amigo que no le convenía, empezó un curso de fotografía en el que era el mejor de la clase, su padre le regaló un departamento… después de cinco minutos de esto y de varios ajá desganados, se fue, no si antes invitarlo a una cena de ex alumnos que realizaban cada seis meses. Nunca fui a ninguna, de las diez invitaciones rechacé las diez, ¿es que no se da cuenta? Que vida de mierda, por estos momentos, como cuando en una noche de borrachera se te da por decirle a un amigo que en el fondo sos una persona mezquina y egocéntrica, y el otro, con sus cuatro tragos encima te sopla un: es verdad; esas sorpresas que te hacen sentir tan solo, tan descubierto en basura; y aquel abrazo perdido…
Crak oyó. Miró hacia abajo y si, otro grillo agonizando. Nuevamente se arrodilló y juró que esta vez el insecto le arrojaba una mirada de ironía, le decía gracias. Ya no tendría que aguantar las vicisitudes de la vida, no mas antagonismos, ni decepciones, ni acaecimientos, ni contradicciones, ni insoportables.
No le dijo chau, siguió caminando, pero a los pocos pasos giró y volvió a su víctima.
¿Qué me decís grillo? No quiero que mi humor sea quien responda, mi mente esta vez no va a jugar conmigo ¿Vos, qué me decís?.
Las antenas estaban quietas.

miércoles, 12 de marzo de 2008

La curiosidad mató al gato pero...

Escuchó detrás de la puerta, las voces, hablaban de él. O eso creyó.
La madera, gruesa, vieja, carcomida, no le prestaba oídos.

Desde lejos el susurro, tan puesto, tan fiel a sus manos, casi palpable. Desde cerca la incoherencia, el casi entumecido, debatiéndose en la búsqueda de algún significado, de una frase certera, de un nombre: el suyo, y del mar detrás del nombre.
¿Qué dirían?
Una isla -allí detrás de la puerta-.
Sudaba seco, amable, creía haber escuchado amable. Creía.
¡Ahhh, la tempestuosa duda!.
No dudaba de sí mismo, pero si de los otros. Del mensaje que quedaría clavado en la nuca; los adjetivos, todos, que le echarían al hombro no eran pesados pero ensuciaban.
-allí va el amable- dirían.
No había opción, abrir la puerta y oír. Pero no, se develaría, ya no habría respeto. Existen códigos para estas cosas, hay quien habla y quien escucha, y toda voz demanda silencio. Su presencia sería la palabra, los demás callarían.
-allí va el entrometido- dirían.
¿Pero cómo soportar la incertidumbre, el titubeo de un enunciado que le pertenecía?
Hablaban de él, lo intuía, y todas las palabras eran suyas, las de su boca y las de los otros. Existen códigos, y era dueño de cada uno. En la loma en la que se juega al ahorcado, el ahorcado es el rey, dueño y señor de cada partícula.
-allí va el arrogante- dirían.
Todas esas voces en el agua que no mojan.
Es el precio de la isla detrás de la puerta.
Desesperado, quieto, sediento, ¿Qué dirían?.
No pudo con el murmullo invisible, empujó la portezuela hacia arriba, abrió la tapa y escuchó los gritos.
Esa vez la curiosidad reanimó al muerto.
Y la isla volvió a ahogarse en el mar… como un pez de colores.

martes, 26 de febrero de 2008

1 El ojo relegado: el

- y no me dijo nada. Se quedó perdida, mirándome
- ¿y vos que hiciste?
- Me hubiera gustado crear un beso, pero ya no se podía
- Hubo huelga de labios…
- No, es que estaba perdida, no podía encontrarla
- Convengamos que el camino no era tan sinuoso
- Me dio pena. Una pena triste, no de las alegres.
- Quién sabe lo que estaba pensando
- Tal vez en mi, en ella, en el perro del vecino, en su padre muerto, en los descuentos del supermercado… me miró y por un segundo fue mía, toda entera, y a través de esos ojos mansos le pude ver el interior de las uñas
- ¿Y entonces porqué no hiciste nada?
- Me dio todo y no dijo nada. El silencio pesa.
- Cobarde
- Ojalá fuera eso… me dio todo. Ya no había nada que encontrar
- ¿Y no era lo que querías?
- Pensaba. Pero es difícil soportar el interior de las uñas. No dijo nada… y esa mirada. Fue vulnerable, débil, no pudo mantenerse alerta, no pudo con el encanto, con el misterio, con la batalla ni la guerra. No pudo con la mentira, con las palabras. Con el juego
- ¿No te complace haber ganado?
- Yo no vencí. Ella se rindió. Se hizo agua ante mi chantaje
- Creí que lo que querías era un círculo sin amenazas. Un lugar seguro. Una honestidad de almohadas
- Pensaba. Pero me vio, la vi, la supe, y la perdí.
- La tiraste
- La tiré. Ya no la quería.

2 El ojo relegado: ella

Mirame
Todavía estoy
Respirando
Para que puedas irte

Tu gran despedida
No sería la misma
Sin mis ojos
Sin mi aplauso

Después de todo
Tu obra
Solo requería
Un fiel espectador

Antes que nada
Compusiste ésta historia.
Escribiste el final
Previo a mi entrada

Ahora es tiempo
De que baje el telón
Tiraré una rosa
Para tu fama y vos

3 El ojo relegado: ellos

La culpa sangra en lágrimas
Sabés lo que dicen
A veces quiero cambiar el mundo, y otras solo sobrevivir

domingo, 3 de febrero de 2008

Reglas


Cada suspiro
Exhala
Polvo nuevo

Y en el reino de escobas
Nada llega a sanar

De rodillas
Caes lento
Imploras

Y en la penumbra
El perdón se ríe de vos

Seco
Libre
Y sucio

Entendiste el juego
Y vos te reís del perdón

el aullido de la bambalina

Señores y señoras que comience la función
Una carcajeo por aquí, un aplauso por allá
- Por favor no llores, que arruinas el tono
Bueno, está bien, pero hacelo mas fuerte, mas trágico.
Vamos, que todavía no se te corrió el maquillaje!
Vamos, que todavía no perdiste la dignidad!
Dale, quiero verte de rodillas -

Señoras y señores - verán, da igual que sientan -
Paguen la entrada y pasen el rato
- Dele, apoye el culo que el sillón es cómodo -
Es un placer que vengan
Vamos, sean buenos, - compren una mentirita mas -
- En la puerta de salida, a dos por uno- No se lo puede perder…

- Estos actores que se quejan
No tienen suficiente con ganarse un personaje
Descarados, dicen vivir de arte y les pesa la máscara
Vamos nena, dame lo que quiero
Esa tonalidad fresca, esa coquetería parlante,
Callete ese discurso social y frustrante.
Vos pibe, no me vengas con alegría, sos el agujero negro
La cuota oscura, el mal bicho, no te vaya a pescar con una sonrisa otra vez!
Cada cual en su lugar y no más lejos –

Señoras y señores, esto es todo por ustedes
Para el que quiere identificarse con el odio
Acá está el odio
, - hecho a tu medida, vos pensador pasivo -
Para la señora, busca una historia de amor?
Acá la tiene,
- de plástico, of corse, no se valla a pudrir-
Para el inocente, el desalmado, los virtuosos
Hay de todo y para todos!!!

Señoras y señores, vivimos por ustedes
- para engordarles esa cabeza de humo -
Vengan, pasen, entren, quedense
- La función comenzó hace siglos -
No vayan a perderse el principio
Cuesta poco y vale todo!

- ay! Estos actores…
Se dicen solos, incomprendidos
Y solo cobran por lo que venden
No, no me importan tus problemas, ¡dale entreteneme!
¿De que tenés miedo?
¿De que te olvide?
Ay, tu ansia de gloria eterna, tan sensible fuiste siempre
¿De qué tenés miedo?
¿De que te pierdas?
Vamos, no digas tonterías, el papel lo elegiste vos –

señoras y señores, les debemos la vida
- o gran parte…
la muerte, esa si se la debemos entera-


y vos lector, no te espantes
todos trabajamos de esto, vendemos y compramos ficción.
Hoy es mi obra, mañana la tuya
Ahora, shh… el show debe continuar
Hay mucha inversión puesta en esto.

miércoles, 23 de enero de 2008

Calle Techada



cuando cabe una sonrisa en el centro de la palma
hay que cuidar de no apretarla mucho, aunque tiente...


Ella es arte y es barrio
Le gusta morir de mentiritas
Para nacerse en cada historia.
A veces sueña como escapando
Y en esos sueños se encierra más que nunca

Entre la sordera del que dicta
Levanta escudos
Y como dice esa canción
En el fondo de si ve temor y sospecha,
Pero quizás no haya fondo en su piel

Verán, ella es piedra y es lienzo
Si la queres comer tal vez te rompas el diente
Si la queres, sin más
Se deja dibujar hasta los huesos.
Así se va formando una loca de colores

Se pinta la cara
Y uno no sabe
Si sale a bailar, o sale a la guerra
Proteste o baile
Tal vez proteste bailando

Dice, y grita, y gime
“Dos mas dos no son cuatro”
Porque sabe
Siguen siendo dos separados por un mas.
Pero dentro, calla ese igual que espera…

Verán, ella es pez y es baldío
Nada entre la nada.
Es cactus en desierto
Que espera un abrazo.
Es espina sobretodo, que quisiera ser flor.


Algunos pensarán que te actuaron las copas
y vos solo querías dejarte ser
entre la borrachera y las huidas
yo vi a la niña mansa
una nena, mansa y herida.

miércoles, 9 de enero de 2008

Los perdidos

- ¡que sorpresa!, ¿otra vez por aquí?
- Si nunca me fui, siempre estuve aquí. Por eso volví
- ¿qué dice?
- ¿No es claro como el agua?
- Ahora que lo pienso, pude haberme distraído. ¿y hace cuánto que está?
- Unos quince años, ¿usted?
- Aproximadamente la misma fecha
- ¿y las rosas?
- ¿qué rosas? Jamás hubieron rosas!
- Pero aquel florero constantemente lleno… las cosas cambiaron desde que me quedé
- Tal vez si se hubiera ido siempre podría no-volver a las rosas
- Lo supuse desde el momento en que no llegué
- Es extraño. ¿quiere que le consiga unas rosas?
- No se moleste, jamás vi rosas, ni tampoco me interesan.
- ¿no estará usted confundido de lugar?
- Evidentemente. ¿y usted qué espera, hacia dónde va?
- Salga, lo sigo. Aquí me aburría, hay demasiada gente
- Yo no he visto a nadie
- Quizás se perdieron con sus rosas
- ¿y la puerta?
- No diga tonterías. Este lugar no tiene puertas
- Naturalmente. Por eso regresé sin irme
- ¡que sorpresa!, ¿otra vez por aquí?

domingo, 6 de enero de 2008

La violación del papel

Como cada hilo que se pierde de su tela
Cada fin que se vuela
Cada hueso que se lame

Un fenómeno frágil
Que aparece y se revienta
Que decanta y da una lágrima

¿Quién le ha dicho al poeta
Que puede hablar de muerte o de amor?
¿Quién se entiende con las hienas?

Inútil valiente sin esfuerzo
Escalón sin escalera
Y deseo sin memoria

Como el rastro que se pierde
La lección que no se acuerda
La llegada al sol que quema

¿Quién le ha dicho al poeta
Que pude hablar de almas o mosquitos?
¿Quién escucha y no se queja?

Como el viento, como el río, como vos
Todas cosas pasajeras

¿Quién le ha dicho al poeta
Que puede hablar…?
¿Quién le ha dicho que se calle?

La hija de todos

Ella fue hija de mil putas, y unos cuantos corbatines.
Creció mamando gansos y cabrones, y no era mas que piel y huesos.
Su vida fue un enigma sin trampas, un descuido sin riesgos.
Vivió entre el maquillaje y los espejos, entre encuestas y recados.
Soñaba en ser hermosa y despiadada, callejera y petulante.
Pero no pudo más que cera vieja, sin brillo, sin desgaste.
Hacían ruido sus pulseras, mas sus ojos se callaban.
Se vestía de baúles y su cuerpo no volaba.
Ahora duerme, mansa, mensa. Si es que antes fue despierta.
Será eterna, Época…
Nadie ya muere de pena.

viernes, 4 de enero de 2008

lo que conmueve

Movía su mano
Dirigiendo la orquesta de ratas

Arte se ha dicho
Una canción, un cuadro, un poema
La batuta coordinaba

Tempo de gloria
Compás loco entre furia y sospecha

Entra una risa
Silencio

Pasaje suave melancólico
Segundo movimiento en marcha

El maestro sufre
Lloran las ratas
Dolor, lujuria y peste.

Y sin embargo, sin embargo
La risa no se ahoga y vence

Que estruendo que se escucha por el vientre!
Y por las piernas, por los brazos!!
Y ese ojo que descarga en lágrima!!!

Alegría, alegría!!!

¡De nuevo, basta!
Calma

Casi nada
Solo cien aplausos en el alma



El movía su mano…
Y se hizo luz.

(Arte se ha dicho)

La luz pasó, no quedó nada

Al fugarse el maestro
Se morían las ratas.