jueves, 22 de febrero de 2007

Tregua

En el momento en que supuse
Que empezaba a ser feliz,
La misma felicidad me abandonaba...
Había estado conmigo
Silenciosa, muda
Inadvertida en su presencia,
Como en un rincón oscuro.

En el instante en que entendí mi desfortuna
Me agobiaron el silencio y la tortura
Del no haberme dado cuenta...
Me sumergí en nostalgias y arrepentimientos
Resignando la emoción y la esperanza
En manos de objetos con olor a naftalina.

Y en éste presente en que me encuentro,
Desdichada y compungida
Victimizándome con causa de ser necia o idiota,
Ella; Felicidad,
Muy sutil y transparente
Toda calma e invisible
Se acerca nuevamente y entra en su rincón tranquilo,
En mi rincón tranquilo,
Para que yo, tan ocupada en mis lamentos,
La ignore nuevamente
Hasta hacer ruido cuando salga.



por los desencuentros con el bienestar...

3 comentarios:

Gsús Bonilla dijo...

a veces necesitamos sudores fríos,
para bajarnos del mundo color
de rosa en el que estamos situados
viendo la vida pasar cómo si nada.


fantástico jota fantástico

El Perro dijo...

Mierda. Logro ver dolor...pero, mi querida jota, sabrás que nunca llegaré a ese nivel...(des)afortunadamente, soy un simple perro, con emociones, necesidades y sentimientos de lo más básicos...y por eso es un poco más jodido desde acá, ver como sufrís dentro de esa bendita cápsula de mármol...quizás mi única estrategia consista en agarrar mi martillo, y destruir, y a partir de ahí volver a crear...pero hasta vos no llego, mi señora...
Desde la Tierras de la Brutalidad,
El Perro (cada vez mas lobuno)

Anónimo dijo...

...la felicidad espera a nuestro lado, solo queda dar vuelta la mirada para ver que tiene nuestro mismo rostro...

gracias a manolo, q me paso el link de la pagina, la verdad esperaba q sea solo una de esas cosas raras q ve el, pero resulto mucho mas interesante en verdad... voy a pasar cada tanto

http://tramlines.blogspot.com

Gabriel