jueves, 27 de diciembre de 2007

Es una pena
Que el mar no se conozca
No pueda mirarse al espejo
Y llorar de miedo

Es una pena
Que la lluvia no se vea
A través de una ventana
Y se piense sus fantasmas

Que la vida no se entienda
Y que pase, llena y sola
Que el piano no se oiga
Y se coja con sus teclas

Que las ruinas no se acuerden de su historia
Y aquel árbol no se encuentre
Con las plantas de mi patio
Que la mesa no de vueltas cuando quiera

Que la mugre no se escape
Que estas letras no amanezcan
Y se sirvan desayuno
Que la pena no se sufra ni se quiera

Si pudieras darte cuenta
Y verte desde el ojo que te piensa
Si pudieras olvidarte
De tu voz, y de tu piel, de tu conciencia

Si pudieran contar cuentos las estrellas!

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