Gracias por asomarse
jueves, 27 de diciembre de 2007
Un crisantemo y un tequila
Y la mirada, la primera. Tu nombre y el mío.
El banco a la izquierda de la plaza, la radio, el pulóver azul, cuatro canciones sin dueño, las horas perdidas en el cielo, humores de perros, la calle en el 1987, el bar de la vuelta, los besos, el mes, los dos meses, los tres, los cuatro y el resto; el primer secreto ya sin serlo, la soledad de esperarnos, el miedo de no volver, el auto que se quedaba a mitad de camino constantemente y que nunca vimos como un presagio; las risas de mentira, las de verdad y las de siempre, el cartel de “cerrado” a la mitad del encuentro, las voces que nunca importaron, la puerta, el misterio, el abrazo a las dos de la mañana que necesitamos las primeras noches para confirmar que era cierto, el vecino que tocaba la guitarra a cualquier hora y que casi nos hizo ir a las manos, la fiesta del vino y la cigarra, ese plantazo que puso en duda todo, tus uñas en la espalda, el gato que se metió por la ventana, los nombres inventados, la esquina de caricias, el río, los tres viajes que hicimos y los 28 que planeamos, el “nunca sentí esto”, el “nunca nos dejemos”, el “nunca tal vez te quise”; las velas y ese chistoso incendio, los taxis, los desayunos, el ascensor y ese espantoso encierro; el susto, las muertes, el mirón del balcón de en frente, los silencios llenos, la mudez vacía, el barro en el que hicimos una fiesta como dos nenes jugando con cajas de cartón, la distancia y las lágrimas de la conciencia de un fin que no queríamos, el libro que leímos de un tirón en un encuentro de 11 horas, las mentiras, tus pies descalzos, mis ojos cansados, la lluvia que limpió aquel día todo miedo, las llamadas que no atendimos, las sorpresas, el chiste que nos hizo conocernos, la verdad tras el sueño, el cactus de terciopelo, la sospecha, y las casi 200 palabras que nos describieron…
Eso, y hasta digo mas, me dejó el amor que se cansó de vernos…
El banco a la izquierda de la plaza, la radio, el pulóver azul, cuatro canciones sin dueño, las horas perdidas en el cielo, humores de perros, la calle en el 1987, el bar de la vuelta, los besos, el mes, los dos meses, los tres, los cuatro y el resto; el primer secreto ya sin serlo, la soledad de esperarnos, el miedo de no volver, el auto que se quedaba a mitad de camino constantemente y que nunca vimos como un presagio; las risas de mentira, las de verdad y las de siempre, el cartel de “cerrado” a la mitad del encuentro, las voces que nunca importaron, la puerta, el misterio, el abrazo a las dos de la mañana que necesitamos las primeras noches para confirmar que era cierto, el vecino que tocaba la guitarra a cualquier hora y que casi nos hizo ir a las manos, la fiesta del vino y la cigarra, ese plantazo que puso en duda todo, tus uñas en la espalda, el gato que se metió por la ventana, los nombres inventados, la esquina de caricias, el río, los tres viajes que hicimos y los 28 que planeamos, el “nunca sentí esto”, el “nunca nos dejemos”, el “nunca tal vez te quise”; las velas y ese chistoso incendio, los taxis, los desayunos, el ascensor y ese espantoso encierro; el susto, las muertes, el mirón del balcón de en frente, los silencios llenos, la mudez vacía, el barro en el que hicimos una fiesta como dos nenes jugando con cajas de cartón, la distancia y las lágrimas de la conciencia de un fin que no queríamos, el libro que leímos de un tirón en un encuentro de 11 horas, las mentiras, tus pies descalzos, mis ojos cansados, la lluvia que limpió aquel día todo miedo, las llamadas que no atendimos, las sorpresas, el chiste que nos hizo conocernos, la verdad tras el sueño, el cactus de terciopelo, la sospecha, y las casi 200 palabras que nos describieron…
Eso, y hasta digo mas, me dejó el amor que se cansó de vernos…
Vete burla
Vete burla
Que aquí no bailan muertos
Si miras otra vez
No te fíes de esta cerradura tuerta
El manjar no está hecho para hambrientos.
Cortejo para los que vuelan
No me tiendas aletazos de etiqueta
No soy mariposa, ni pienso serlo.
Vete burla
El humor no es galantería de flirteos
Vete y si quieres muere
Vete, piérdete o duerme
No me llores, ni me rías, ni me beses
Ni me toques, ni me quieras, ni me entregues
Vete burla, vete
Aquí no se te toma en serio.
Que aquí no bailan muertos
Si miras otra vez
No te fíes de esta cerradura tuerta
El manjar no está hecho para hambrientos.
Cortejo para los que vuelan
No me tiendas aletazos de etiqueta
No soy mariposa, ni pienso serlo.
Vete burla
El humor no es galantería de flirteos
Vete y si quieres muere
Vete, piérdete o duerme
No me llores, ni me rías, ni me beses
Ni me toques, ni me quieras, ni me entregues
Vete burla, vete
Aquí no se te toma en serio.
XXX
Peca al ser invertebrada la sospecha
Y que así no pueda quebrarse a pedacitos
Una vez que la arrincone
La masa que protege los miedos
Peca aquel murciélago posándose al alba
Y mientras intenta dar vuelta a sus días
Le saca una lágrima a la niña de grana
Que le ve y se espanta
Peca la visión acorralada
Que no puede mostrarte la bala en la espalda
Y aquel canto popular
Que desde niño quemaba cerebros
Peca la sonrisa al ser sincera
Porque extremo placer ha de ser pecado
Peca la sombra de la mesa
Por ser oscura y no creer en nada
Es evidente señores
No quedan santos ni santas
Y que así no pueda quebrarse a pedacitos
Una vez que la arrincone
La masa que protege los miedos
Peca aquel murciélago posándose al alba
Y mientras intenta dar vuelta a sus días
Le saca una lágrima a la niña de grana
Que le ve y se espanta
Peca la visión acorralada
Que no puede mostrarte la bala en la espalda
Y aquel canto popular
Que desde niño quemaba cerebros
Peca la sonrisa al ser sincera
Porque extremo placer ha de ser pecado
Peca la sombra de la mesa
Por ser oscura y no creer en nada
Es evidente señores
No quedan santos ni santas
Grupo gesta
A quiere a M
M quiere a O
O no quiere complicaciones -aunque se complica-
R mira y se ríe -aunque quisiera tener alguna letra para revolotear-
Otro malparido amor…
M quiere a O
O no quiere complicaciones -aunque se complica-
R mira y se ríe -aunque quisiera tener alguna letra para revolotear-
Otro malparido amor…
Es una pena
Que el mar no se conozca
No pueda mirarse al espejo
Y llorar de miedo
Es una pena
Que la lluvia no se vea
A través de una ventana
Y se piense sus fantasmas
Que la vida no se entienda
Y que pase, llena y sola
Que el piano no se oiga
Y se coja con sus teclas
Que las ruinas no se acuerden de su historia
Y aquel árbol no se encuentre
Con las plantas de mi patio
Que la mesa no de vueltas cuando quiera
Que la mugre no se escape
Que estas letras no amanezcan
Y se sirvan desayuno
Que la pena no se sufra ni se quiera
Si pudieras darte cuenta
Y verte desde el ojo que te piensa
Si pudieras olvidarte
De tu voz, y de tu piel, de tu conciencia
Si pudieran contar cuentos las estrellas!
Que el mar no se conozca
No pueda mirarse al espejo
Y llorar de miedo
Es una pena
Que la lluvia no se vea
A través de una ventana
Y se piense sus fantasmas
Que la vida no se entienda
Y que pase, llena y sola
Que el piano no se oiga
Y se coja con sus teclas
Que las ruinas no se acuerden de su historia
Y aquel árbol no se encuentre
Con las plantas de mi patio
Que la mesa no de vueltas cuando quiera
Que la mugre no se escape
Que estas letras no amanezcan
Y se sirvan desayuno
Que la pena no se sufra ni se quiera
Si pudieras darte cuenta
Y verte desde el ojo que te piensa
Si pudieras olvidarte
De tu voz, y de tu piel, de tu conciencia
Si pudieran contar cuentos las estrellas!
martes, 11 de diciembre de 2007
.:
Mesetas y macetas de tierra
Esperan detrás de la utopista
Desde hoy y para siempre
Ya no miento
Como antes
Ni creo
Como antes
Ni muero
Como antes
Desde hoy y para siempre
Miento
Distinto
Creo
Hundiendo cada hasta...
No muero más yo
Sino la dinastía
Esperan detrás de la utopista
Desde hoy y para siempre
Ya no miento
Como antes
Ni creo
Como antes
Ni muero
Como antes
Desde hoy y para siempre
Miento
Distinto
Creo
Hundiendo cada hasta...
No muero más yo
Sino la dinastía
La verdad paralizó a las tormentas
La boca se hizo estallido
El trueno quedó al descobijo
No se animaba a andar
Dos arrugas cortando el desvelo
Una amplitud seca
Empeño de puñalada
Empeño de cura
Y nada…
Más nada
Pero la boca!
Y la verdad!
Y el empeño!
Y el trueno!
Pero la cura!
El asesino!
Y las arrugas!
Y el desvelo!
Silencio
Nunca sobra nada
La boca se hizo estallido
El trueno quedó al descobijo
No se animaba a andar
Dos arrugas cortando el desvelo
Una amplitud seca
Empeño de puñalada
Empeño de cura
Y nada…
Más nada
Pero la boca!
Y la verdad!
Y el empeño!
Y el trueno!
Pero la cura!
El asesino!
Y las arrugas!
Y el desvelo!
Silencio
Nunca sobra nada
Esta fantasía de creerse cierto
Ella pensaba que todo estaría bien.
Jugar no es más que divertirse.
Podría ser cualquier persona.
Pronto darían las doce.
La loca, la muerta, la fina, la sátira, la alegre, la tonta.
El poder de crearse y recrearse, y no caer en el dominio de estampas sosas.
Sólo etiquetas rotas.
La levedad del peso del minuto que pasa.
La porcelana fría que sería.
La culta, la histérica, la mansa, la infiel, la perra, la idiota.
Jugar no es más que divertirse y pronto darían las doce.
El viaje sin cartas, sin recuerdos.
El campo magnético.
Átomo con átomo, fusión en movimiento.
Ser aquí y allá, y siempre y nunca.
Y ningún soplido en la nuca.
Ninguna dolencia de anhelos.
La santa, la furia, la sobria, la tímida, la dulce, la intrépida.
Elección, azar o ganas.
Pronto serían las doce, y sin ningún zapato perdido.
Sin rastros, ni remordimientos.
El tono de voz, las manos, las formas, los gestos.
Era dueña de sí, y de si era dueña el momento.
Estaba sola con vos.
Estaba con vos y sola.
De pronto cayó.
Devorada por el viento.
Ahora está atrapada, no recuerda en que encuentro.
En su palma, etiqueta rota.
Jamás dieron las doce…
Jugar no es más que divertirse.
Podría ser cualquier persona.
Pronto darían las doce.
La loca, la muerta, la fina, la sátira, la alegre, la tonta.
El poder de crearse y recrearse, y no caer en el dominio de estampas sosas.
Sólo etiquetas rotas.
La levedad del peso del minuto que pasa.
La porcelana fría que sería.
La culta, la histérica, la mansa, la infiel, la perra, la idiota.
Jugar no es más que divertirse y pronto darían las doce.
El viaje sin cartas, sin recuerdos.
El campo magnético.
Átomo con átomo, fusión en movimiento.
Ser aquí y allá, y siempre y nunca.
Y ningún soplido en la nuca.
Ninguna dolencia de anhelos.
La santa, la furia, la sobria, la tímida, la dulce, la intrépida.
Elección, azar o ganas.
Pronto serían las doce, y sin ningún zapato perdido.
Sin rastros, ni remordimientos.
El tono de voz, las manos, las formas, los gestos.
Era dueña de sí, y de si era dueña el momento.
Estaba sola con vos.
Estaba con vos y sola.
De pronto cayó.
Devorada por el viento.
Ahora está atrapada, no recuerda en que encuentro.
En su palma, etiqueta rota.
Jamás dieron las doce…
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