Nos obligaron a andar
Entre la arena, bajo el sol
Atados a los pies de un dromedario
Escondidos en un velo negro
Con suelas tan baratas
Que sentíamos el ardor
Con paso tan aprisa
Que tropezábamos, y tropezábamos
Sed, gritaba alguien
Nos obligaron a pensar
En un paisaje devastado
Y que por eso era inútil mirar para arriba
Mejor concentrarse en las costras de los dedos
Que el agua que llevábamos en la cadera
Era nuestra única fuente
Y que por eso era mejor no compartirla
Sino, no llegaríamos a cargo.
Sed, gritaba alguien
Nos obligaron a creer
Que los látigos en la espalda
Eran un estímulo
Para avanzar
Y que la noche
Nos comería de frío
Por eso no era bueno soñar
Había que estar atento a su mandíbula
Sed, gritaba alguien
Nos obligaron a sentirnos
Desiertos en un desierto
Sin oasis, sin descanso
Y en un destino sin destino
Que las ampollas,
Eran medallas de los valientes
Héroes que se arrastraban
Sin preguntar a dónde
Sed, gritaba alguien
Entonces le tendieron
Un sorbo de cantera
Como si eso realmente
Pudiera callarlo
Menos mal que nunca
Creímos en las obligaciones.
Y aún atados
Seguimos buscando hipocampos.
Sed, se empezaba a oír a coro
Entre la arena, bajo el sol
Atados a los pies de un dromedario
Escondidos en un velo negro
Con suelas tan baratas
Que sentíamos el ardor
Con paso tan aprisa
Que tropezábamos, y tropezábamos
Sed, gritaba alguien
Nos obligaron a pensar
En un paisaje devastado
Y que por eso era inútil mirar para arriba
Mejor concentrarse en las costras de los dedos
Que el agua que llevábamos en la cadera
Era nuestra única fuente
Y que por eso era mejor no compartirla
Sino, no llegaríamos a cargo.
Sed, gritaba alguien
Nos obligaron a creer
Que los látigos en la espalda
Eran un estímulo
Para avanzar
Y que la noche
Nos comería de frío
Por eso no era bueno soñar
Había que estar atento a su mandíbula
Sed, gritaba alguien
Nos obligaron a sentirnos
Desiertos en un desierto
Sin oasis, sin descanso
Y en un destino sin destino
Que las ampollas,
Eran medallas de los valientes
Héroes que se arrastraban
Sin preguntar a dónde
Sed, gritaba alguien
Entonces le tendieron
Un sorbo de cantera
Como si eso realmente
Pudiera callarlo
Menos mal que nunca
Creímos en las obligaciones.
Y aún atados
Seguimos buscando hipocampos.
Sed, se empezaba a oír a coro
2 comentarios:
(completamente vacio de ideas, dejo este comentario solo por decir "presente" en esta marcha por el desierto)
No hay desierto si uno se acompaña. La locura siempre puede presentarte a nuevos e interesantes amigos.
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