sábado, 1 de septiembre de 2007

No soy un delator, sólo observo


Hay gente que tiene dones en los bolsillos
Y los llevan guardados
Paseando por las calles
Sin que nadie sospeche

Y mientras las ventanas
Le dicen si al mundo
Ellos andan cabizbajos
Vistiendo de invisible su certeza

Si prestas atención
Sabrás de lo que hablo
Hay narices que develan
Aún a célebres camaleones

Con un gesto, una pisada
Se puede detectar
La virtud del más hambriento
El vicio del austero

Y aunque nada digan
Nada expresen
El impúdico don los atormenta
Los carcome

Intentan ser enteros
No pueden,
Son aquello
Su proeza

Sólo el encantado
Entiende el misterio:
Como pesa el peso
De los sádicos laureles

No hay comentarios: